martes, 17 de abril de 2012

1958-59: Una gran derrota contra el proletariado

En 1958 un grupo de trabajadores ferrocarrileros encabezados por Demetrio Vallejo y Valentín Campa buscó mejorar su situación económica, pero Fidel Velázquez, líder de la CTM, descalificó a Vallejo y a su grupo. Luego se llevaron a cabo paros, huelgas, atentados a las vías generales de comunicación y movilizaciones contra el gobierno. El escritor José Agustín cuenta el problema ferrocarrilero:

“El movimiento ferrocarrilero fue decisivo para el México moderno: en un principio robusteció al régimen y deprimió la línea represiva que privaría en los años sesenta; por otra, fue el inicio de protestas populares que, poco a poco generaron el contexto en que se dio 1968" (2) .
Es evidente que los ferrocarrileros aún cuando mostraban una gran combatividad no contaban con experiencia para orientar su lucha, de la misma forma, la presencia y dominio que ejercían los estalinistas del PCM y el PCOM, lanzaron a los trabajadores a una sumisión hacia el sindicato, e incluso procuraban someter el descontento involucrando a los trabajadores en la protección de la empresa. Por ejemplo, en diciembre del 58, ya establecida la "dirección democrática" con Vallejo a la cabeza, proponen un plan para "elevar el nivel de operación de la empresa", lo que implicaba involucrarse en la definición de precios y aranceles, con lo cual llevan el mensaje de que los trabajadores deben comprometerse en el mejoramiento de la empresa y de la economía nacional.
De manera que en 1959 cuando los trabajadores vuelven a solicitar aumento salarial, el Estado puede explotar adecuadamente esa confusión. Cuando en febrero de 1959 los ferrocarrileros exigen un nuevo aumento salarial, sindicalistas "charros y democráticos" conjugan sus fuerzas para asegurar la derrota. Los democráticos se encargan de someter a los trabajadores a la estructura de izquierda del capital, al proponer que PCM y PCOM (y al inicio el PPS) se conviertan en consejeros, y buscan la fecha menos indicada para el estallamiento de la huelga. Los charros se encargan de abrir paso a la represión
y cerrar con broche de oro el golpe a la combatividad obrera.
De forma que cuando se solicita el aumento salarial, y se tiene una respuesta negativa por parte del gobierno, se les empuja a estallar la huelga justamente en la apertura del período vacacional (25-marzo), aislando así a las movilizaciones. Apenas pasaron tres días cuando la escalada represiva se desata. Policías y soldados son lanzados por todo el país a tomar instalaciones, golpear, apresar y asesinar trabajadores. De manera desesperada los ferrocarrileros resistían, llevando la huelga hasta el 3 de abril, pero ya todo era inútil, el aislamiento en que se encontraban permitió se inflingiera una importante derrota contra el proletariado. Durante esos días fueron detenidos 3,039 trabajadores (imponiendo sentencias por el delito de disolución social a 68 de ellos), se despidió a 9 mil y algunos son asesinados.


Fuente: http://es.internationalism.org/rm2000/2009/111_ferro#_ednref4

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